domingo, 28 de diciembre de 2008

Más torres



Hacían falta más torres. Mucha gente desde hacía mucho tiempo estaba reclamando torres y, por supuesto, más altas. Era un clamor del pueblo que no se resignaba a vivir en medio del campo. ¡Basta de campo, queremos más ciudad y menos campo!.

Aunque seamos poco observadores, nos hemos dado cuenta de que, en todo el mundo, el campo ocupa más espacio que la ciudad. Ocupa más y es mucho menos productivo.

Observamos que en el campo hay pocas empresas, porque seamos serios, si hubiese muchas ya no sería campo. La gente necesita trabajar y por eso se va a la ciudad, donde hay más empresas y por lo tanto más trabajo.

Las ciudades se llenan de gente y se extienden y extienden, de tal manera que la gente que trabaja, cada vez hay menos, se pasa el día viajando de casa al trabajo y del trabajo a casa. Hay que ahorrar tiempo. No podemos gastar tanto en viajes, cuando la hipoteca nos reclama y el banco, con razón, nos aprieta.

La solución la conoce todo el mundo: torres. Las torres son como los archivos zip o rar. Espacios comprimidos para que quepan más, y lleguen antes. Cuatro torres magníficas. Bañadas por el sol del atardecer, dos de ellas navegan con sus velas desplegadas, mientra otra observa estática y negra, como faro y referencia en el día a día del mercado de valores. La cuarta, hecha con lingotes de oro, muestra a los pobres mortales el poder financiero y económico de las grandes corporaciones, en el mundo actual.

Madrid lo ha entendido así, por eso esas cuatro torres harán posible trasladar a toda la población de el Escorial, Toledo, Talavera y Segovia, que de verdad son campo, a la gran ciudad, sin tener que viajar cuatro veces al día.

Por fin se ha impuesto la cordura y ahora crecemos a lo alto y no a lo ancho, cómo decía una papilla para los biberones de los niños. La gente vivirá más feliz en esas torres que en los poco prácticos adosados a pie de césped.

Aunque hay algo en esas torres que no entiendo. ¿Por qué no aprovechan el espacio?, ¿por qué cuatro en vez de cinco?. La golondrina nos está señalando el lugar desperdiciado por los promotores y constructores. Que bochorno amigos, falta una torre. A ver si lo podemos solucionar.

Un momento, me dicen por el pinganillo que a las torres, probablemente no van a traer a vivir a los del campo, que más bien son para oficinas, hoteles, spas, restaurantes y otras cosas de ciudad. Pues vaya, o sea que entonces con las torres no hemos arreglado nada.

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