domingo, 21 de junio de 2009

Piedras - Una buena jugada

Fotografía gentileza del fabricante de piedras.

- He contado 50 piedras, algunas de un tamaño considerable.
- Así es. Quizás no estén todas por expulsión previa, pero ya parece una cantidad
suficiente.
- ¿Es usted el fabricante de las piedras, propiamente dicho?.
- Yo mismo, vea usted.
- Pero, ¿cómo las ha hecho?.
- Con paciencia y buen tino. Son más de 30 años dedicado a la fabricación continua.
- ¿Y donde guardaba usted las piedras?.
- Pues en una bolsa entre el ombligo y lo que cuelga.
- Ha caramba, que lugar tan delantero. ¿Y cómo se las extraen?.
- Pues se hace una incisión fronto vertical de unos 120 milímetros, y por ahí se accede.
Con habilidad extraordinaria trufada de oficio y profesionalidad, el Dr. Sola, de forma
digital, obtuvo una a una las 50 piedras.
El equipo centrando por las bandas.
- Que jugada oiga, ni el mejor Ronaldo.
- No pude aplaudir la jugada en vivo por estar un poco dormido, pero aplaudo ahora.
- Una gran actuación con excelente resultado.
- Así es.

sábado, 13 de junio de 2009

Y hablaron las cuchillas.


Empujaba la cama a través de los largos pasillos, con la meticulosa capacidad del transportista que conoce los giros y frenadas necesarios para llegar al piso inferior. Cerré los ojos porque no quería recordar el camino de ida, si de vuelta me traían por el mismo sitio. Miedo al miedo.

Aparcaron la cama, paralela a una enorme puerta de metal cómo la de un garaje. Silencio. Incorporando levemente la cabeza pude ver que era el primero de una fila de cuatro camas alineadas frente a otras tantas puertas de garaje. Pensé que esa imagen la había visto anteriormente. Una mezcla de ciudadano Kane y Matrix. ¿Qué vendría después?.

Pasaron unos minutos, quizás quince. Ruidos de pasos. Pude escuchar voces que se daban los buenos días. Miré desde la altura de estar tumbado. Se acercaban sombras, como muñecos de color verde: gorros verdes, ropa verde. Se abrieron las puertas de los garajes metálicos con un ruido metálico de puertas de garaje. Miré. Las cuatro camas giraban noventa grados y desaparecían por las puertas. Cada una por la suya. Adiós.

Dentro del garaje alguien se acercó a mi cara y me dijo: soy su anestesista. Había otra cara a su lado. Le contesté: ¿Todos llevan las mismas gafas?. La pregunta no era pertinente, por lo que no obtuve respuesta.

Manipularon mi cuerpo como habían previsto, hasta que me empujaron a la otra habitación. Hace frío, dije. Los techos muy altos con lámparas enormes llenas de focos. Tendré que venir otro día para verlo mejor, pensé.

Me trasladaron a una camilla, dura y estrecha. Sentí que me podía caer. Se me acercó de nuevo la misma cara y me colocó delante de nariz y boca una campana de plástico. Respire hondo, me ordenó. No lo haré, pensé. Respire hondo, repitió la voz de las gafas. Entonces le hice caso sin remedio y allí se apagó mi luz y hablaron las cuchillas. Acción limpia y profesional

Cuando despiertas estás en paz contigo mismo, porque has llegado hasta aquí. Has saltado la valla y estás de nuevo de pie, aunque tumbado. Tu cerebro busca la luz que se acerca lentamente hasta convertirse en leve pensamiento. Ah, ya se, estoy en un parking de camas.

Me había dejado las gafas en algún sitio y lo veía todo pixelado. Luces de colores y pitidos de naves espaciales. Todas tus extremidades se prolongan hasta las máquinas mediante tubos y cables. Depósitos colgados sobre tu cabeza vierten líquidos que succiona tu cuerpo. Cada pocos minutos una faja presiona tu brazo derecho. Se hincha y se deshincha marcando tus latidos.

Parece divertido hasta que llega el dolor. Se acerca una cara, esta vez sin gafas. Le pondré morfina, dice. Todavía me duele, digo. ¿Cuántos años tiene?, preguntó. ¿Una pregunta trampa?. Le dije 67 y me dije vale. Si le digo 80, pensé, ¿me pondría más?. Ante la ausencia de dolor pude disfrutar de un gran espectáculo de luces, sonidos, murmullos y voces realmente flipantes, durante aquellas 14 horas de parking galáctico.

El viaje de vuelta se hace contra el miedo en retroceso y es más tolerable. Avanzas por el techo gris y metálico. Un paisaje que te acerca a la luz natural de la realidad más prosaica. Avanzas hacia ti mismo. Tu mundo sin misterio. Al llegar vi la cara de Mar y pensé: estoy en casa.

domingo, 31 de mayo de 2009

El Machismo mata

El machismo es una enorme tontería, porque de verdad los hombres y las mujeres son iguales, aunque sean diferentes. Hay hombres con un mayor o menor porcentaje femenino, y mujeres con un menor o mayor porcentaje masculino, pero en definitiva nadie es puro en su género, ni en su raza, ni en su casa.

Pero el machismo mata, más que el tabaco, el alcohol o los accidentes de tráfico. Por eso, quiero proponer una ley que obligue a los machistas a llevar bien visibles pegatinas del tipo:
  • El machismo perjudica gravemente su salud y sobre todo la de las que están a su alrededor.
  • El machismo contiene estupidez supina, agresividad, intolerancia, indignidad, además de otras cosas que no se que son, como benceno, nitrosaminas, formaldehido, y cianuro de hidrógeno.
Ahora ya todo el mundo estará de acuerdo con mi propuesta, pero los que lean a los antiguos no se. En la antigüedad ha habido opiniones para todos los gustos. Veamos ejemplos:

San Juan Damasceno:
"La mujer es una burra tozuda, un gusano terrible en el corazón del hombre, hija de la mentira, centinela del infierno".

Santo Tomás de Aquino:
"La mujer es un hombre malogrado. Un ser ocasional: sólo el hombre ha sido creado a imagen de Dios".

San Alberto Magno:
"La mujer es un hombre ilegítimo y tiene la naturaleza incorrecta y defectuosa".

San Agustín:
"el marido ama a la mujer porque es su esposa, pero la odia porque es mujer".
"nada hay tan poderoso para envilecer el espíritu de un hombre como las caricias de una mujer".

Qué pobres ignorantes esos antiguos, ¿no?.

El petróleo por las nubes

El petróleo no se come, pero las máquinas comen cada vez más y más petróleo. Dicen que los chinos ahora toman leche, mientras que antes sólo comían pato. Pero han descubierto la leche y al carajo el pato. Los patos están encantados mientras la leche y el petróleo suben de precio.

¿Llegarán a comer petróleo los chinos?. No lo creo, aunque nunca entré en la cocina de un chino.
El caso es que a mi se me ha aparecido Repsol en el cielo. Así como lo leen. ¿Cómo lo hacen?.

La cosa es que tu vas a ver una puesta de sol y te colocan petróleo en el cielo. La gente está asustada. Saben que con la crisis es difícil que vengan otros mesías, pero el petróleo es mucho en si mismo.

Aunque a mi no me engañan, lo que quieren es que veamos las motos por la dos. Hoy es domingo.

domingo, 24 de mayo de 2009

Jaulas para todos

A nosotros no nos ha pillado desprevenidos.Desde que hemos recibido las primeras noticias hemos duplicado la producción. A medida que la alarma avanzaba incluso la hemos triplicado. Nadie podrá decir que no estamos haciendo todo lo posible para que halla jaulas para todos. Ya tenemos las jaulas y seguimos produciendo a buen ritmo.

Se presentó como un virus y se propagó rápidamente.Apareció de repente,aunque luego
supimos que se gestaba desde hacía largo tiempo. Ahora ya está aquí. Nos ha atacado a todos sin distinción y va a durar.

Todavía no tenemos vacuna,solos algunos brotes verdes,pero ya tenemos los nombres. La lista comienza por un tal Madoff,pero los otros ya se conocen o se conocerán próximamente.

Ahora sólo nos hace falta un valiente, con poderes, con decisión,(nos da igual que sea un divo expiatorio tipo Garzón), que ponga en marcha la maquinaria para que todos los ladrones (por cierto,¿donde está el dinero?), sean encarcelados.

Aquellos que provocaron esta crisis contra la humanidad, no se pueden ir de rositas.

sábado, 25 de abril de 2009

Qué manías. Qué pena


De siempre, los Papas de Roma no están por los preservativos. ¿Será por gusto?. De antiguo tampoco estuvieron por lo que decían gente cómo Galileo y otros, a los que quemaban en hogueras, aunque no fuera la noche de San Juan. Manías.

Este Papa de ahora, parece que tampoco es partidario de los preservativos, ni los usa él ni deja usarlos a los obispos, por eso al obispo que ahora es Presidente de Paraguay, Monseñor Fernando Lugo, le salen hijos a montones. Esos hijos le nacen a las mujeres con las que el obispo tuvo trato carnal sin preservativo, y luego él sigue con sus cosas de obispo y deja abandonada a su señora con el hijo, porque no está bien visto que lleve a sus hijos al parque o los recoja del colegio. ¡Que dirían las asociaciones de padres!. De eso ya se ocupan las madres de los hijos del obispo, que para eso están.

Si el Papa fuera partidario de usar preservativos, el obispo podría seguir como siempre pero no se sabría, porque si no nacen hijos no se puede demostrar, ya que la palabra de las mujeres madres no son garantía para los obispos, y menos para los Papas.

A mi me da igual que el Papa, los obispos o los curas que de él dependen no usen preservativos, siempre y cuando no le hagan hijos a las señoras. Porque entonces no vale, a no ser que lo que crean es que hay que hacer hijos como sea a todo el mundo, para rellenar la tierra de niños que le llamen tío, mientras todos los demás le llaman padre.

Pero lo que no entiendo es porque al Papa tampoco le gusta que usen preservativos las demás personas, aunque no sean de su religión. ¿A él que más le da?. Arrulla. arrulla cada uno con la suya y que haga de su vida un pandero. Pues no señor, tampoco le gusta eso. Manías.

Del Papa dicen que es infalible, o sea que cuando habla no se equivoca nunca. Por eso cuando estuvo en África, no se si es que se le calentó la boca y va y dice que el preservativo, no sólo no impide que se contagie el Sida, sino que aumenta el contagio. Pues por muy infalible que sea, a mi me da que se ha equivocado, o que la infalibilidad tiene excepciones que confirman la regla, o vete tu a saber.

Quizás al no ser italiano desconoce el dicho:

El condoni es un cacho de gomi,

que se pone en la punta la pola.

Y por más que se fola y se fola,

nada se cola, nada se cola.

Y si nada se cola, no puede haber hijos ni contagio. ¿Eso lo sabe cualquiera menos el Papa?. ¿O piensa él que los preservativos son de varios usos, y la gente se los va pasando como los porros?.

A lo mejor dentro de unos cientos de años otros Papas posteriores rectifican una vez más, piden perdón, y van y dicen que a este se le fue la olla. El problema es que no podremos contar los muertos que ha provocado no usar preservativos todo ese tiempo, por lo mal que llevan las estadísticas los africanos. Que pena, ¿no?.

miércoles, 1 de abril de 2009

Pedir perdón

Quiero pedir perdón a todos los que se hallan sentido ofendidos, porque pudiendo haber evitado la ocasión que conducía directamente al peligro, no sólo no evité la ocasión, sino que me zambullí en el peligro. Caí en el.

No cómo disculpa, aunque si cómo explicación, diré, que sólo pretendía vivir una experiencia que se me antojaba extraordinaria: sentir y ser durante algunos minutos, como siente y es un Presidente de los Estados Unidos. Dicen que el hombre más poderoso de la tierra, después del Papa. Ella se llamaba Mónica y era una auténtica muñeca.

Lo que yo no sabía es que durante ese corto lapsus de tiempo y bajo el poder y la influencia de mis extraordinarias facultades como Presidente, ordené invadir Irak de nuevo, amplié Guantánamo y compré a través de Lehman Brothers, una enorme cantidad de material militar, listo para ser utilizado.. No lo pude evitar, por el bien de la humanidad.

Pero les prometo que, probablemente, no lo volveré a hacer.

lunes, 30 de marzo de 2009

La buena educación

Sonó el despertador a la 5:45 horas, como todas las mañanas, en la casa número 1234 de la calle de los santos Justo y Pastor de la muy noble, leal, extraordinariamente bella y siempre muy conservadora, para unos, y retrógrada para otros, Ciudad.

María Fermosa de Muros, como todos los días a esa misma hora, desde hace 30 años, se incorporó en su viejo catre situado en un minúsculo cuarto sin ventanas, en la parte baja del ala izquierda del Palacio Arzobispal. Su primer pensamiento fue para él. Para su queridísimo hijo único. La razón de ser de su vida y que hoy cumplirá, si Dios quiere, 30 maravillosos años. Y claro que Dios querrá que los cumpla, como quiso Dios que naciera de un milagro que hace 30 años iluminó su vida.

Un hijo que ella no esperaba, y fue Dios en su infinita misericordia quien se lo trajo. Un hijo de su amor a Dios. Y como Dios se lo dio a ella, ella le consagró la vida de su hijo a Él. Para que la vida de su hijo, fuera el regalo de ella, a su Señor.

Se lavó minuciosamente, se vistió y puso encima de su ropa el mandil de su estatus. Se dirigió a la cocina mientras rezaba una oración que ella misma había compuesto, el primer día que tuvo a su hijo entre sus brazos.

“Señor, te entrego a mi hijo. Es lo único que tengo. A quien quiero más que a mi vida. Señor lo educaré para ti, en el amor de Dios y el odio al pecado. Nunca permitiré que te ofenda o te niegue. Si no consigo educarlo en el absoluto amor a ti, me quitaré la vida. Por eso te digo en su nombre: Si su mano te escandalizare se la cortará, si su lengua te escandalizare, se la arrancará.
Gracias mi Dios por ayudarme a enseñarle el camino de la luz, la verdad y la vida en ti.”

Encendió el fuego y mientras sacaba de la nevera el zumo de naranja, la leche y las tostadas, su cara se iluminaba con una beatífica sonrisa. Pensaba que Dios en su infinita bondad había escuchado su plegaria. Su hijo, 30 años ya, todo un hombre, era el ser más puro, casto, y amoroso de Dios que había en toda la ciudad. Temeroso de Dios y odiador del pecado.

Empezó a preparar la bandeja del desayuno. Primero puso sobre la bandeja un mantelito de lino blanco con blondas, que ella misma había planchado y almidonado la noche anterior. Puso en la copa de Bohemia el zumo de naranja, las tostadas en un platito de fina porcelana de Sevres, la taza de café y su plato, el azucarero de plata imitando un pote y el recipiente de tres senos de la misma porcelana, con la mantequilla, la mermelada de grosella y la miel de romero.

Pensó: no se me olvida nada. Cogió la pesada bandeja. Abandonó la cocina y avanzó por el amplio pasillo hasta la puerta de entrada. Recogió el periódico que asomaba por debajo de la puerta, lo dobló y lo colocó en una esquina de la bandeja de plata. Subió la gran escalinata que arrancaba en el hall del palacio y llevaba a los aposentos.

Cuando llegó ante la enorme puerta de dos hojas, dejó con cuidado la bandeja en el suelo sobre sus patas y llamó con dos golpecitos suaves a la puerta. Casi al instante escuchó la voz de Monseñor que decía: adelante María.

Agarró el picaporte dorado y abrió la puerta, recogió la bandeja del suelo y entró en la espléndida y espaciosa alcoba, como cada día había hecho desde hace 30 años.

Buenos días Monseñor. Buenos días María contestó con voz ronca el Arzobispo, mientras se sentaba en la cama y alisaba con un gesto rápido, las sábanas delante de él.

María colocó la bandeja en la cama procurando que las patas quedaran una a cada lado del obeso Monseñor. Se dirigió al ventanal y descorrió las cortinas que iluminaron la estancia.

Después dijo: ¿Está todo a su gusto, Monseñor?. Si María, gracias, contestó él con una sonrisa.

Después de a Dios y a su querido hijo, María había dedicado su vida a su Monseñor y nada en este mundo le producía tanto placer, como servirle en todo lo que él le pidiese.

Monseñor se sirvió el café y la leche y embadurnó una tostada con mantequilla, a la que añadió una cucharadita de mermelada. Cogió el periódico, mientras María lo contemplaba con arrobo.

Estaba allí de pié delante del Monseñor cuando esté abrió el periódico. Estaba en la primera página. Leyó:

Un joven se corta el pene y lo tira al retrete en Salamanca porque "no quería pecar más".

EFE - viernes 31/08/2007

SALAMANCA.- Un joven de 30 años se cortó el pene y lo arrojó por el retrete en Salamanca, donde se encuentra ingresado en el Hospital Clínico Universitario, fuera de peligro salvo complicaciones y con evolución favorable en su estado de salud, informaron fuentes de la Delegación Territorial de la Junta.

El hombre, con domicilio en la calle Alarcón, en el barrio de San Bernardo de la capital salmantina, utilizó un objeto cortante la madrugada del pasado jueves para amputar su miembro viril porque "no quería pecar más", según publica el diario "La Gaceta regional de Salamanca".

Por el momento se desconocen datos acerca de la identidad del joven y de si padece algún tipo de problema psicológico que pudiera haberle llevado a cortarse el pene.
Así es, AMDG.

lunes, 2 de marzo de 2009

De profesión Campanero

De todas las profesiones que he ejercido a lo largo de mi vida, ninguna me ha procurado tanto orgullo y satisfacción como la de Campanero, en el colegio del Apóstol Santiago.

Fui nombrado Campanero a pesar de mi escaso o nulo sentido del tiempo y después de acumular las más altas cotas de impuntualidad, en un joven de la época. Quizás fue por eso que me eligieron. Debieron pensar que sólo haciéndome rector del tiempo podía yo cumplirlo.

El Campanero era un oficio de gran responsabilidad, por lo que tampoco pude entender por que elegían a un irresponsable temporal para esa tarea. Algo así como: si no te gusta el caldo, toma dos tazas.

O quizás pensaron que el sentido de la responsabilidad se adquiere mediante la práctica del poder, que eso si tenía la campana. Pero de eso no estoy seguro, porque no veo a nuestros políticos con un grado de responsabilidad menor antes de acceder a sus cargos, que después de haberlos exprimido.

¿Será pues que accedí a la responsabilidad de Campanero en función del buen oído musical, que entonces poseía?. Eso si que era posible.

He de decir al respecto, por si ustedes no lo saben, que una campana tiene en base a su tamaño y aleación de la que esté compuesta, un sonido único e invariable, es decir, que emite una sola nota. Pero un Campanero con buen oído puede sacarle tañidos diferentes, mediante la experta aplicación del badajo y los vibrators.

Modestamente debo confesar que he conseguido hacer sonar aquella campana como nunca antes se había hecho. Tañidos de dulzaina, vibrators de trompeta, acordes de violín, sonidos de piano, que provocaban encendidos comentarios de admiración de los oyentes, que eran muchos.

La campana regulaba el tiempo en dos momentos importantes: El tiempo de salir al recreo: un tiempo feliz donde me esmeraba en tañer sonidos alegres, sublimes expresiones de gozo y alegría colectiva y el tiempo de volver a clase, la muerte del recreo: era un momento difícil para todos mis compañeros y yo mismo. Cómo en un Réquiem de Mozart hacía tañer la campana lenta, solemne y estudiosa, como pidiendo disculpas a la audiencia.

No duré mucho como Campanero, pero mientras lo fui tenía un gran poder. Era dueño del tiempo y todos me obedecían. ¿Quien podía pensar que aquella pequeña raja en el copete provocaría el desprendimiento?.

Me quedó como un sombrero, machacándome los oídos. Desde entonces sólo escucho la misma nota, todo el tiempo.

jueves, 22 de enero de 2009

Gasolina con navajas

En el corazón de la comarca del Alto Palancia (Provincia de Castellón), se encuentra un pueblo llamado Navajas. Con sus 700 habitantes, 11 preciosas fuentes, un trazado morisco en su ciudad vieja y un olmo centenario plantado en 1636 en el centro de la población. Está rodeado de paisajes naturales, de los que hay que destacar el “Salto de la Novia”.

Se llama Navajas, pero no fabrican navajas, aunque quizás las usen para sus actividades agrícolas y otros menesteres, como cortar la hogaza de pan, el embutido o incluso para tallar esculturas de madera de los árboles que la circundan.

Pero ¿que es una navaja?. Un cuchillo cuya hoja pivota sobre un eje que la une al mango o cabo, para que el filo quede guardado entre dos cachas o una hendidura hecha a propósito. También existen navajas multiusos, navajas de afeitar y navajas cabriteras, de las que hoy no hablaremos.

Como casi todo el mundo sabe, las navajas sirven para cortar, amenazar, atracar o presumir, según forma y tipo y se fabrican mayormente en Albacete. También fabrican navajas en Suiza en Francia y en muchos otros países, pero como las de Albacete pues, que quiere que le diga, no. (No vamos a considerar aquí las navajas que se producen en las Rías Bajas Gallegas, por que son de tipo comestible, más sabrosas, pero de un solo uso).

Todo el mundo, en algún momento de su vida, decide comprarse una navaja. Quizás no tenga necesidad de cortar nada, pero eso piensa el individuo, nunca se sabe. Suele suceder en la juventud. El joven dice: necesito una navaja. ¿Para que?, le contesta su amigo. No se, la necesito, para cortar. ¿Pero que vas a cortar?. Cosas, no se, ya encontraré algo.

Hubo una época en la que si no tenías navaja no podías presumir de nada. Hay que estar preparado para vida moderna, piensa el comprador de navajas. Te compras una naranja, por ejemplo, ¿cómo la pelas.?. Puedes arrancarle la piel con los dedos, pero te pondrás perdido de zumo de naranja. Si utilizas una navaja también, pero no es lo mismo. Con una manzana, de todas formas, se entiende mejor.

Imagínate que estás en la oficina y tienes que afilar un lápiz. Nunca aparece el afilalápices y el necesitado de ayuda grita: ¿alguien tiene una navaja?. Dirán algunos, que ya no se escribe con lápices, que hay bolígrafos, ordenadores etc. etc., pero se venden lápices, ¿no?, y de vez en cuando hay que afilarlos, ¿no?.

Si te compras cualquier cosa, ahora los objetos vienen metidos en un plástico muy fuerte. Ábremelo, dice tu novia. No puedo, está durísimo. Siempre hay un amigo cerca que tiene una navaja, tú quedas como un inútil y tu amigo, como un tipo con recursos…y con navaja.

Pues bien, llegados a este punto, sabemos que es una navaja, las necesidades generales que cubre y donde se fabrica. ¿Pero donde se venden?. La respuesta es sorprendente, cuando menos. Las navajas se venden en las gasolineras, también llamadas estaciones de servicio. Bueno para ser exactos, se exponen en los bares que están al lado de las gasolineras. Si lo piensas, es el sitio ideal. ¡Ho yeha!.

En el paisaje “típical spanish” tenemos: Gasolinera, bar de al lado con navajas y, a veces, toro en el cerro.

Llevo muchos años viajando y algunos menos pensando el porqué de esta simbiosis: gasolinera, bar de al lado con navajas y toro en la loma.

Lo del toro viene de un ancestro llamado Osborne, que asoció toro con brandy. El razonamiento es impecable: el coñac, o la coñac, es una bebida fuerte, como un toro (que diría Jesulín de Ubrique). Los ingleses llaman brandy, a todo lo que se pueda beber (salvo al agua de colonia), que tenga entre 35 y 60 grados de alcohol, y por ello son los que más beben coñac español, el nuestro. Pero dado que no le podemos ahora llamar coñac (ciudad francesa del mismo nombre), pues le llamamos brandy que debe ser una palabra inglesa y así queda mejor.

Nunca puede haber, es una norma no escrita, pero sagrada, una gasolinera sin bar de al lado. Así que todo encaja. ¿Y las navajas?. Pues también.

¿Cuántas gasolineras han sido atracadas a punta de navaja en los últimos meses?. Google me advierte que hay 3.500 entradas por este concepto. Supongamos que alguna esté repetida. Quedémonos con 3.000, que no son pocas. ¿Dónde puedes comprar una navaja para atracar la gasolinera, si no pelas naranjas, ni afilas lápices mientras conduces?. Es evidente que en el bar de al lado de la gasolinera. ¿no?. Ahora se entiende lo de Estación de Servicio, a lo que deberían añadir: Completo.

Es una compra meditada si, pero impulsiva. Si no la ves expuesta (la navaja), no te acuerda y aunque te acuerdes, en la ciudad hay muchas otras cosas que comprar, pero en la carretera, hay sólo campo.

Y, ¿qué se puede comprar interesante en una Estación de Servicio Completo?. Si vale, un café, un carísimo juguete, una guía de viaje por si falla el GPS, unas chocolatinas, un huevo kinder, una toallitas, en fin bobadas y… ¡unas fantásticas navajas!.

Hay varios sitios donde robar, pero no con navajas. Nadie atraca un banco, una joyería o una tienda de coches con navajas. Además, ¿Quién se pela una naranja en una calle de una ciudad, con una navaja, hoy en día?.

- Mira tronco, me dijo mi acompañante delante del stand de las navajas, que navajas más guapas. Tengo el impulso de comprarme una, y te aseguro que es un impulso impulsivo total.

- Pero para que quieres una navaja, si a ti no te gustan las naranjas ni escribes nada con lápiz.

- Pues no se, se me ocurre, así de repente, que podríamos atracar un poco a los de la gasolina. Está tan cerca.

- Bueno, le dije, para eso si que vale una navaja, pero ahora no tengo ganas de salir corriendo. Ya lo dejamos para otro día. Las navajas siempre estarán ahí, ¿no?.

En el próximo viaje al echar gasolina, me pienso comprar una colección de navajas. Además dicen que es un arma, pero blanca.