sábado, 25 de abril de 2009

Qué manías. Qué pena


De siempre, los Papas de Roma no están por los preservativos. ¿Será por gusto?. De antiguo tampoco estuvieron por lo que decían gente cómo Galileo y otros, a los que quemaban en hogueras, aunque no fuera la noche de San Juan. Manías.

Este Papa de ahora, parece que tampoco es partidario de los preservativos, ni los usa él ni deja usarlos a los obispos, por eso al obispo que ahora es Presidente de Paraguay, Monseñor Fernando Lugo, le salen hijos a montones. Esos hijos le nacen a las mujeres con las que el obispo tuvo trato carnal sin preservativo, y luego él sigue con sus cosas de obispo y deja abandonada a su señora con el hijo, porque no está bien visto que lleve a sus hijos al parque o los recoja del colegio. ¡Que dirían las asociaciones de padres!. De eso ya se ocupan las madres de los hijos del obispo, que para eso están.

Si el Papa fuera partidario de usar preservativos, el obispo podría seguir como siempre pero no se sabría, porque si no nacen hijos no se puede demostrar, ya que la palabra de las mujeres madres no son garantía para los obispos, y menos para los Papas.

A mi me da igual que el Papa, los obispos o los curas que de él dependen no usen preservativos, siempre y cuando no le hagan hijos a las señoras. Porque entonces no vale, a no ser que lo que crean es que hay que hacer hijos como sea a todo el mundo, para rellenar la tierra de niños que le llamen tío, mientras todos los demás le llaman padre.

Pero lo que no entiendo es porque al Papa tampoco le gusta que usen preservativos las demás personas, aunque no sean de su religión. ¿A él que más le da?. Arrulla. arrulla cada uno con la suya y que haga de su vida un pandero. Pues no señor, tampoco le gusta eso. Manías.

Del Papa dicen que es infalible, o sea que cuando habla no se equivoca nunca. Por eso cuando estuvo en África, no se si es que se le calentó la boca y va y dice que el preservativo, no sólo no impide que se contagie el Sida, sino que aumenta el contagio. Pues por muy infalible que sea, a mi me da que se ha equivocado, o que la infalibilidad tiene excepciones que confirman la regla, o vete tu a saber.

Quizás al no ser italiano desconoce el dicho:

El condoni es un cacho de gomi,

que se pone en la punta la pola.

Y por más que se fola y se fola,

nada se cola, nada se cola.

Y si nada se cola, no puede haber hijos ni contagio. ¿Eso lo sabe cualquiera menos el Papa?. ¿O piensa él que los preservativos son de varios usos, y la gente se los va pasando como los porros?.

A lo mejor dentro de unos cientos de años otros Papas posteriores rectifican una vez más, piden perdón, y van y dicen que a este se le fue la olla. El problema es que no podremos contar los muertos que ha provocado no usar preservativos todo ese tiempo, por lo mal que llevan las estadísticas los africanos. Que pena, ¿no?.

miércoles, 1 de abril de 2009

Pedir perdón

Quiero pedir perdón a todos los que se hallan sentido ofendidos, porque pudiendo haber evitado la ocasión que conducía directamente al peligro, no sólo no evité la ocasión, sino que me zambullí en el peligro. Caí en el.

No cómo disculpa, aunque si cómo explicación, diré, que sólo pretendía vivir una experiencia que se me antojaba extraordinaria: sentir y ser durante algunos minutos, como siente y es un Presidente de los Estados Unidos. Dicen que el hombre más poderoso de la tierra, después del Papa. Ella se llamaba Mónica y era una auténtica muñeca.

Lo que yo no sabía es que durante ese corto lapsus de tiempo y bajo el poder y la influencia de mis extraordinarias facultades como Presidente, ordené invadir Irak de nuevo, amplié Guantánamo y compré a través de Lehman Brothers, una enorme cantidad de material militar, listo para ser utilizado.. No lo pude evitar, por el bien de la humanidad.

Pero les prometo que, probablemente, no lo volveré a hacer.